sábado, 18 de diciembre de 2010

DESPUES DE LARGAS HORAS DE DISCUSIONES EN EL PJ SAN LUIS NO SE RESUELVE CUANDO SE HACE EL CABILDO DE VILLA MERCEDES

El peronismo mercedino no logra ponerse de acuerdo
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Tras otras siete horas de discusión, pasaron a un cuarto intermedio para hoy. Un sector busca recortarle poder a la intendente Pereyra. Aún no pudieron fijar la fecha del cabildo.
Sólo faltaba que unos pidieran té y otros café. Quizás el calor impidió esa diferencia y todos atacaron las gaseosas, pero fue en lo único que pudieron ponerse de acuerdo los peronistas de Villa Mercedes quienes, tras siete horas de discusiones acaloradas, idas y vueltas, no lograron plasmar en un papel los acuerdos mínimos que necesitan llevar al futuro cabildo que el PJ hará en esa ciudad.
Ayer estuvieron en la sede partidaria de San Luis para seguir discutiendo cuestiones institucionales que habían quedado pendientes tras las diez horas del sábado en Potrero. Pero no es una cuestión de tiempos, parece ser que es un tira y afloje entre las pretensiones de la intendenta Blanca Pereyra de conservar el poder, y el empuje de un grupo por recortárselo bajo la proclamada necesidad de "cambiar la imagen" que brinda el PJ a la sociedad.
Viendo que la cuestión iba para largo, y como tenía un viaje pro-gramado a Merlo, Claudio Poggi, jefe de Gabinete y parte del staff de asesores-colaboradores, dejó temprano la reunión. Entonces la difícil misión de mediar recayó en Graciela Mazzarino, vice-presidenta del Consejo Provincial.
Por momentos corrió más que un volante central de una oficina (la presidencia) a la otra (el consejo provincial) para arrimar a dirigentes que parecían chicos peleados en un recreo.
Es que alrededor de las dieciséis parecía que se firmaba la paz. O al menos un documento conjunto. Pasaron las cámaras de Canal 13 y el fotógrafo de El Diario para retratar el momento, firmó Pereyra, también Aldo González Funes, Berta Arenas, Joaquín Surroca y Jorge Oste. Incluso estos dos últimos se fueron de la sede, convencidos de que todo terminaba ahí.
Pero de pronto, otra vez la división. Raúl Merlo encabezó a los que se negaron a seguir con el simbolismo de tomar la lapicera y se encerró en la presidencia con Gastón Mones Ruiz y Oscar Montero, entre otros. "Acá no es cuestión de firmar un documento final, tenemos que llevar un acuerdo de mínima para que lo trate el Cabildo. Y hay puntos que todavía no están claros", esgrimió Merlo. 
Pereyra, por su parte, ya había hablado con los medios: "Las primeras reuniones fueron bravas, pero acercamos posiciones para llegar a un documento de unidad", decía la intendenta, mientras por detrás se producía el nuevo cisma. A esta altura, los asesores de ambos bandos departían con facturas y gaseosas, atrincherándose donde hubiera un aire acondicionado.
Las diligentes gestiones de Mazzarino lograron que las partes volvieran a la sala. A esta altura, lo único que estaba claro, por-que Pereyra no se había corrido ni un milímetro, era que ella iba a elegir al famoso secretario coordinador, que hará las veces de jefe de Gabinete. Pero del otro lado pedían algunas secretarías y subsecretarías. Era una juego de ajedrez, al punto que Montero ingresó a Internet para sacar un organigrama de la Municipalidad de Villa Mercedes y ver cuántos cargos políticos tiene la Comuna.
Dos horas más tarde, el agotamiento ganó la partida y se decidió un cuarto intermedio hasta hoy. "No hay candidaturas si no hay militancia, no hay militancia si no hay coherencia", dice el Gobernador desde un cartel de la sede que refleja su decálogo. Más de uno debería releerlo antes de seguir tropezando sin solución. fuente eldiariodelarepublica.com