lunes, 28 de marzo de 2011

EL DIPUTADO EDUARDO GARGIULO ACLARA QUE NO SE SOLIDARIZO CON EL DIARIO CLARIN


Libertad de prensa y otras yerbas 
(opinión)
www.eldiadespuesfm.com.ar 
Este lunes me sucedió algo curioso. En algunos medios aseveraron que me había solidarizado con el diario Clarín, por el bloqueo gremial que sufrió el domingo en una de sus plantas impresoras. A partir de allí se pretendió interpretar una supuesta contradicción de mi parte, puesto que integro el llamado “espacio kirchnerista”.

En honor a la rigurosidad que debe primar en la información periodística, aclaro que hasta ahora nunca había tocado el tema. Y que la persona que aparece citada en la página 7 del diario Clarín de ayer es un tal Eduardo Antonio Gargiulo (a quien no conozco), que se comunicó “telefónicamente” con la redacción (¿?). Lamentablemente nadie me llamó para confirmar si yo era el mismo que se había expresado en favor del matutino, aunque mi segundo nombre es Marcelo, por eso debo efectuar esta aclaración.

Dejando de lado esta anécdota, creo necesario expresar cuál es mi postura, en razón de ser periodista, haberme desempeñado en la docencia y ocupar actualmente un cargo público. Por empezar, nunca creí en la “objetividad periodística”, ideal imposible de alcanzar. A lo sumo sí creo en la honestidad y en la búsqueda permanente de la verdad por el camino de la imparcialidad, algo que el Multimedios Clarín proclama pero le resulta imposible practicar. Por una sencilla razón: no se trata de un diario, sino de un emporio empresarial que tiene entre sus muchas empresas algunas periodísticas. Las cuales son usadas como ariete para la defensa de sus intereses económicos, aunque públicamente la excusa sea la libertad de prensa.

Una prueba más de su ausencia de imparcialidad lo da la cobertura del hecho, cuando se omite deliberadamente informar sobre el origen del conflicto (avasallamiento de los derechos laborales) y se imputa responsabilidad directa a Moyano y al gobierno, cuando las propias imágenes difundidas mostraron un grupo de trabajadores con sus esposas e hijos –no más de 80- protestando pacíficamente, sin que apareciera un solo camionero entre los mismos.
Además, pregunto: este bloqueo a una empresa, ¿es peor que los miles de piquetes que asolaron al país durante el conflicto con el campo? ¿La libre circulación de diarios vale más que la libre circulación de personas? No recuerdo que este y otros diarios se hayan sentido tan afectados en aquella oportunidad, tal vez porque los mismos piqueteros de entonces permitían el paso de los camiones portando sus “justas consignas”. Voy más allá: ¿La libertad de prensa es un bien absoluto, que está por encima de los derechos de los trabajadores a sindicalizarse y nombrar sus delegados? 

Aclaro, por las dudas, que no me gustan los piquetes como metodología de protesta. Creo que la resolución de los conflictos debería procesarse por otros canales. Pero vivimos en Argentina, donde esta práctica se ha generalizado, llegando incluso a legitimarse al mismo nivel que tiene una huelga. En gran medida, porque la justicia no funciona como debería o, como en este caso, porque una empresa no cumple los fallos que la obligan a respetar el funcionamiento de una comisión gremial interna.

Naturalmente es un tema polémico y no pretendo agotarlo. Pero así como el Multimedios se la pasa machacando la solidaridad de numerosos dirigentes políticos y de organismos como ADEPA (propietarios de medios) y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que supo apoyar la dictadura, me permito reproducir el comunicado que naturalmente muy pocos divulgaron, emitido por la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), con el cual me identifico:

“Cuando la noticia es otra”

“Fieles a su costumbre, los medios que integran el grupo Clarín pretenden inventar una realidad que no existe. Como si se pudiera mutar de victimarios a víctimas a partir de la ficción que el monopolio crea.

Los compañeros que son perseguidos en Artes Gráficas Rioplatenses (AGR) -perteneciente al Grupo Clarín- protestan, junto a sus familias, frente a la planta de impresión de la empresa en reclamo ante la persecución sindical que sufren los delegados. Ésa es la noticia del día.

A los compañeros delegados los dejan fichar pero no se les paga salarios, ni se les asigna tareas. Y aparte son “custodiados” por personal de seguridad y son sancionados los compañeros que se les acerquen.

Clarín dice que se viola "el fallo que ordena no cercenar la libre circulación de medios impresos", pero nada dice de que el Grupo está violando las resoluciones judiciales que obligan a reincorporar a los delegados despedidos.

Nada ha dicho en sus páginas de la violación sistemática de los fallos de la justicia que buscan recuperar la verdadera identidad de Marcela y Felipe Noble Herrera.

Así como el pasado 24 de marzo, omitió en su portada hacer mención al Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, en el 35° aniversario del golpe militar que dio paso a la peor dictadura genocida de la historia.

Las entidades empresarias como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y ADEPA, junto a quienes se llaman periodistas y son meros replicadores de la postura patronal, nada dicen del cumplimiento de la ley y de las decisiones de la justicia. Sólo repiten el coro del pretendido cercenamiento a la “libertad de expresión”.

Es la misma SIP que condecoró al dictador Pedro Eugenio Aramburu, llamándolo “uno de los más meritorios hombres del continente”.

Son las mismas SIP y ADEPA para quienes el asesinato y desaparición de más de cien trabajadores de prensa durante la última dictadura mantuvieron silencio porque eso no afectaba su “libertad de expresión”. No podían hacerlo porque al mismo tiempo el grupo Clarín negociaba con los asesinos para apropiarse ilegalmente de Papel Prensa.

Las herramientas con la que cuentan los trabajadores para oponerse a la injusticia son el paro, la marcha, el piquete. Y son sistemáticamente atacadas desde el establishment. Pero son ensalzadas cuando esas herramientas son utilizadas por los patronos del campo para realizar un lock-out patronal para mejorar su rentabilidad a costa del bienestar del pueblo argentino.

Llaman defensa de la libertad de expresión a la defensa de los intereses económicos del grupo Clarín. Defender la libertad de expresión sería defender las leyes, los convenios internacionales, los derechos humanos, los fallos judiciales y las resoluciones de carteras del Estado que tratan de ceñir a derecho a esta empresa, que ni siquiera respeta la jornada horaria para sus trabajadores.

SIP, ADEPA, los medios cómplices y los comunicadores que olvidan que son trabajadores de prensa y actúan como voceros del poder económico, no son más que defensores de esa visión del mundo donde se pretende que las reglas no se apliquen, donde no haya sindicatos que discutan salarios, donde la libertad de prensa les permita estar al margen de la ley, donde la supuesta libertad de expresión se utiliza para modificar la realidad política de los países, para su mejor provecho económico.

Ante ello, y ante toda esta operación de prensa mediática, FATPREN está donde debe estar, junto a los trabajadores y a los sindicalistas que sufren el atropello de grupos económicos que usan sus páginas y sus antenas para gritar y tratar de hundir a esos 40 compañeros que luchan por sus puestos de trabajo, que luchan porque les abonen los salarios atrasados.

Clarín debe respetar los convenios colectivos, debe respetar las leyes, pero sobre todo debe respetar los derechos de sus trabajadores y el derecho que tiene la sociedad de denunciarlos cuando manipulan la realidad a tal punto que le mienten a sus lectores, televidentes y oyentes”.

Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN)
Afiliada a la Federación Internacional de Periodistas (FIP)

Buenos Aires, 27 de marzo de 2011
“Año del Trabajo Decente, la Salud y Seguridad de los Trabajadores"



Eduardo MARCELO Gargiulo
Diputado Provincial
Movimiento Ciudadano