jueves, 9 de mayo de 2013

TRASPIE PARA LA UNSL. EL POETA PATRICIO TORNE RECHAZA UNA DISTINCION ENTREGADA POR LA CASA DE ALTOS ESTUDIOS


La entrega del premio "Polo Godoy Rojo" fue para Pablo Melto
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El jueves 9 de mayo en el acto central por el 40º aniversario de la Universidad Nacional de San Luis, tuvo lugar la entrega del Premio “Polo Godoy Rojo” en su primera edición, destinada a la categoría “Letras”.
En reconocimiento a su constancia en la difusión de la poesía, por haber recuperado la oralidad propia de las tradiciones populares y por haber unido en su acción a la poesía y el compromiso con los Derechos Humanos, el Premio se otorgó al poeta Juan Pablo Melto. Además, se entregaron  menciones especiales a los reconocidos escritores de nuestra provincia Haydeé “Beba” Di Genaro, Darío Oliva, Patricio Emilio Torne y Luis Vilchez. Sin embargo el reconocido poeta Patricio Torne rechazó la mención otorgada y con la cual había sido distinguido. A continuación la fundamentación del NO del artista.



Rechazo a la mención otorgada al premio Polo Godoy Rojo

En relación con la Mención Especial que me ha sido otorgada por haber sido propuesto mi nombre al Premio Polo Godoy Rojo, deseo manifestar que considero no han sido respetadas las pautas expuestas en la convocatoria.


En la misma se anuncia que el referido Premio “se entregará en reconocimiento a quienes hayan realizado una destacada contribución artística o cultural” “se tendrán en cuenta los méritos en la actividad literaria con prioridad en los candidatos que se hayan destacado en el ámbito local, regional, nacional o internacional”.

No obstante esto, tanto en el otorgamiento del premio como las menciones, parecería haber sido otro el criterio ya que, teniendo en cuenta los méritos de quienes los han recibido, su actividad en el ámbito de las letras no conlleva una contribución significativa más allá del ámbito local en el que desarrollan.

La idea, entonces, de poner como nombre de un premio al de Polo Godoy Rojo, lejos de cumplir con su objetivo, lo que hace es descalificar el buen nombre y honor del autor de “Donde la Patria no alcanza”.

La Universidad como institución dedicada a la educación, no puede caer en el juego demagógico de promover la alegría vacua por tal o cual reconocimiento a los trabajadores de la cultura. La Universidad tiene la obligación de saber separar la paja del trigo, mucho más cuando de literatura y escritura se trata, porque más allá de lo vocacional, la Universidad debe saber ver donde se construye un oficio, y cuál es el grado de responsabilidad, creatividad y solvencia que se adquiere en esa construcción. Que el oficio de escribir, no esté respaldado por un título o un certificado, no quiere decir que éste no tenga parámetros con el que se pueda medir su desarrollo y su valor. Pareciera ser que como no hay título habilitante cualquiera puede decir que es escritor, y lo que es peor, cualquier institución, como en este caso la Universidad, le otorga reconocimientos. Por suerte los arquitectos, los ingenieros, los médicos, entre otros, necesitan títulos habilitantes, porque de otra forma, no quiero imaginar el tendido de cuerdas demagógicas que estaría haciendo esta Universidad, en pos de ganar simpatías en el seno de la sociedad en la que se encuentra.

Muchas veces, los trabajadores de la cultura se han quejado de la falta de reconocimiento en ámbitos de otros espacios alejados de la geografía provincial; muchas veces desde los ámbitos académicos de esta misma Universidad, se cuestionó el manejo espurio o poco serio con el que el Gobierno de la Provincia se manejaba con el quehacer cultural, y no sin razón. Esta es una provincia donde siempre se tendió a hacer tabula rasa con los oficios artísticos. Daba igual los años de aprendizaje y trabajo consciente, que la aparición de un novato con vínculos en el poder. La provincia toda, da muestra del descuido con que se ha prodigado en adefesios con nombres artísticos su territorio, y sabemos que muchas veces por esos adefesios fuimos el hazme reír de los visitantes. Quizá aquí radique la explicación del porqué no se reconoce la actividad creativa con seriedad, o no nos tomen en serio. Hasta que no desterremos las costumbres de entregar dádivas desde los lugares de poder, los afectados no sólo serán los artistas, sino la sociedad toda que construye su historia.

Por lo expuesto es que me niego a recibir la “Mención Honorífica” que se me otorga, y vuelvo a recalcar que esto va mucho más allá de los lazos de amistad que me unen a algunos de los premiados. Cuestiono aquí, no sus logros, sino el modo en que la Universidad trata a los artistas.

Pido, por último, que la presente sea leída en el acto donde se entregarán los premios, del mismo modo, hago saber que me otorgo el derecho de hacerla pública.

Atentamente

Patricio Emilio TORNE (fuente periodistasenlared.info)