domingo, 3 de mayo de 2020

CELEBRACION INEDITA PARA VENERAR AL SANTO CRISTO DE LA QUEBRADA A PUERTAS CERRADAS

En el templo estuvo acompañando al Obispo en su homilía la Intendente comisionado Rosa Calderón junto a algunos hermanas y sacerdotes

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El obispo de la diócesis de San Luis, Pedro Martínez, ofició la misa que fue transmitida en vivo por televisión, radio e internet a miles de fieles de todo el país. La parroquia permaneció cerrada y no se permitió la presencia de peregrinos a lo largo de toda la festividad a raíz de la pandemia de coronavirus que sacude a todo el planeta.  
Cuando el reloj marcaba las 17:13, monseñor Martínez abrió la ceremonia acompañado por el canto de las pocas personas que lo acompañaron en la parroquia. Apenas un puñado de hermanas, algunos sacerdotes y la intendenta de la localidad, Rosa Calderón. Sobre el sector izquierdo de la parroquia habían ubicado al Santo Cristo de la Quebrada, cuya imagen fue adornada con flores rojas y blancas.
Después de la lectura de la carta del apóstol San Pedro, el obispo Martínez dijo su homilía en la que hizo hincapié en la relación entre el Santo Cristo del norte sanluiseño con sus fieles a quienes instó a orar, a ofrecer sus sacrificios ante la cruz y pedir al Señor de la Quebrada por bendiciones y protección para sus familias.
“Digámosle al Señor, al Cristo de la Quebrada, ‘perdona a tu pueblo, sé indulgente con él’; ‘Bendice a mi familia’. Es la gracia de Dios. Hoy los medios y el Gobierno de San Luis nos han permitido llevar al Cristo a sus hogares. Entonces cuando lo veamos digamoslé ‘Señor yo quiero ser bueno’, ‘Señor ten piedad de mi’. Que el Cristo de la Quebrada bendiga a sus fieles. Él no se olvida, conoce a cada uno de ustedes. A los que venían de Mendoza, de San Juan, de todo San Luis. Por eso, ¡pídanle sus gracias, sus bendiciones! Pidamos por nuestra policía, los bomberos, por las autoridades, por todos los que nos ayudan. Por los enfermos. Miremos a este Cristo y obtengan la paz”, rogó Martínez.
Más tarde, en los pedidos, las oraciones fueron dirigidas a “todos los que sufren a causa de la pandemia de coronavirus”, también “por aquellos a los que les falta el trabajo” y por “todas las familias, para que reine la unidad”, enfatizaron desde el altar.
Tras la comunión, la bendición final y la despedida en paz de las pocas personas que presenciaron la Santa Misa, monseñor Martínez salió a la vereda de la parroquia con el Santo Cristo de la Quebrada entre sus manos e hizo una bendición especial hacia los cuatro puntos cardinales simbolizando las bendiciones del Santo Milagroso para sus fieles de todo el país.